jueves, 30 de abril de 2009

Platonov

Como yo fui la que sugirió la idea de ir a ver "Platonov" de Chejov en el María Guerrero, y por si alguien está pensando ir, os pongo un par de líneas recién llegada del teatro aprovechando que me dejé el ordenador encendido.

Un par de detalles prácticos:
- Es muy larga, dura 2h45, así que se sale al filo de la medianoche, a tiempo, eso sí, de coger el primer buho en Cibeles.
- Para cualquiera con problemas respiratorios (asma, alergia, catarrillo), aconsejo no reservar en las primeras filas, porque abusan mucho del humo en el primer acto, y acaba uno asfixiadillo.

- En cuanto a la obra:
Al parecer es una obra de juventud, que no llegó a representarse, y eso se nota mucho. Me he acordado mucho de algo que Jaime dice de vez en cuando, que el arte es seleccionar, y está claro que Chejov aquí no supo seleccionar, o no tuvo ocasión de hacerlo si es que esta obra procede de papeles suyos que han retomado. (Eso es, por cierto, algo que me parece mal en general en literatura, hacer uso papeles póstumos de los escritores que ellos no han revisado y que ellos tal vez nunca sacarían a la luz, por voluntad propia pero en fin, eso es una opinión personal y muy discutible.)

Hay muchísimos personajes, así que, si vais a ir a verla, es conveniente echar un vistazo antes a la obra o a algún resumen (seguro que en la Wikipedia se encuentra), porque sino se pasa uno el primer acto un poco perdido intentando saber quién es quién. Deberían dar el reparto y la filiación de unos y otros en forma de "guía de personajes" como hacían con las novelas de Agatha Christie (chiste malo). Esto, que es un inconveniente, me ha gustado también en cierto modo, tras el trabajo que hemos hecho con el tio Vania, porque se percibe el proceso de depuración que Chejov debió ir experimentando durante su vida de escritor, pasando de ese abigarramiento juvenil de querer contar todo lo humano y lo divino a la vez a la depuración sobria de Vania.

Hay momentos muy bellos, otros banales, y el segundo acto baja mucho de intensidad y calidad, rayando en el melodrama. Hay algunos actores bastante convincentes, pero demasiado secundario flojo e histriónico, y sobre todo resaltaría en lo negativo el papel de un famoso televisivo que se pasa muchísimo en su exageración de dicción, movimientos, maquillaje, etc. No digo nombres. Otra famosa televisiva, Carmen Machi (Aída), me sorprendió gratamente, pues defiende bien su papel. Los dos protagonistas, Ana y Platonov, me han resultado muy sugerentes.

Como yo he conocido algún que otro Platonov muy de cerca, he estado interesada en todo momento, aunque tal vez piense ahora que falta hacer suficientemente explícita la motivación psicológica que fundamente todo lo que se monta en torno a este personaje.

Los temas del fracaso vital, de la incapacidad de tomar las riendas de la propia vida, de la asfixia económica que determina tantas elecciones equivocadas, de la pompa injustificada en torno a alguien desprovisto de verdaderas cualidades, recuerdan a Vania muy a menudo, lo cual produce el "gustillo" de estar entendiendo por dónde van los tiros dramáticos.

La escenografía es sugestiva, a base de paneles con transparencias que me recordaban la famosa exposición de Szvodoba. Atención a una escena en la que "participa" un tren, no está nada mal, en mi modesta opinión.

Veredicto: No se la recomendaría a gente que no tenga especial interés en Chejov o a quienes les guste el teatro "ligero", pero por 10 eurillos el día del espectador es una experiencia interesante y con algún momento cautivador.

Como dato anecdótico final, os transcribo un comentario oído en el "tocador de señoras" en la pausa, a cargo de una jovencita extranjera: "No me está gustando la obra, son todos hombres borrachos haciendo tonterías con su vida".

Eso sí, es muy muy rusa.

Bueno, esto está escrito a vuelapluma, así que disculpad las incoherencias y demás.

Gloria

No hay comentarios:

Publicar un comentario